Os dejo aqui un texto que encontre navegando por la red, me define bastante.
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El ser dominante ha de ser un perfecto estratega en tres campos fundamentales Psicológico, Sentimental y Emocional, además de un buen artesano que sea capaz de moldear a sus seres sumisos teniendo en cuenta sus deseos, límites y los suyos propios.
Psicológico
Un buen Dominante ha de saber mantener a sus seres sumisos siempre en alerta sin que ello les cause tensión bloqueada, saber administrar las emociones y deseos de sus seres sumisos. Jugar con los grados de dolor y excitación conjugados en tiempo de duración de los mismos. Un ser sumiso es un ser humano no una maquina de ejecutar.
Saber compensar la voluntad en obedecer y el aguante en la acción. Humillar a un ser sumiso ante el fracaso de una tarea no lo hará mas fuerte y se perderá. La humillación ha de ser siempre en un campo controlado en caso contrario podemos caer en acciones no deseadas.
El riesgo excita pero se saborea saliendo airoso de esa situación. El riesgo convertido en fracaso es peligroso mentalmente. Muchos Dominantes inexpertos creen que la situación de riesgo ha de ser total para que exista, pero se olvidan que el placer del juego son sensaciones que se obtienen del ser sumiso. El crear esa situación de riesgo en la mente del ser sumiso, sin que exista peligro alguno, nos devolverán esas sensaciones aumentadas por nuestro propio éxito al crearlas.
Nunca se deberá menospreciar o despreciar al ser sumiso que con tanta bondad y amor en la mayoría de los casos esta entregando. No olvidemos que los daños psicológicos son más permanentes, dolorosos y peligrosos del juego. El ser sumiso esta entregando lo mas importante de su existencia, su propia vida en cuerpo y alma, valoremos esa acción como se merece, con nuestro mas grande respeto y admiración.
Ante situaciones en las que el ser sumiso puede derrumbarse, ayudémosle, bajemos del pedestal de Dominante y recuperemos a los dos seres humanos que iniciaron el juego. No es muestra de debilidad la compasión y la ayuda, sino todo lo contrario, hace más fuerte y presente al Dominante. Un azote puede ser la caricia mas deseada y un beso el gesto mas doloroso, sepamos como administrarlos.
Sentimental
Este campo es de muy difícil control por parte de los seres sumisos y los Dominantes. Se entremezclan muchas dudas, preguntas sin respuestas y sobre todo saber separarlos en los momentos adecuados.
Si conocéis este mundo os daréis cuenta que en nada puede hacerse una regla única, todo tiene variaciones, matices y texturas, eso ocurre porque el juego realmente esta en la mente de los que juegan.
Si cada ser humano es diferente y el juego es a dos mínimo, ¿como establecer un denominador común que los identifique?. Imposible, porque además el juego del BDSM tiene disciplinas y especialidades bien diferenciadas. No es lo mismo el Spanking que el Bondage, aunque estén tan cerca uno del otro. Los sentimientos pueden desde un primer momento marcar la diferencia de la relación entre un ser sumiso y un Dominante.
Siempre es necesaria la atracción entre los dos pero también puede ser amor, por parte del ser sumiso hacia el Dominante, en la mayor parte de los casos no correspondida como enamoramiento pero si con cariño y respeto a esa situación. Otras veces el ser sumiso ha de ir con cuidado y no confundir la autoridad y seriedad del ser Dominante con las frustraciones mentales de este hacia los débiles descargadas en forma de juego BDSM para liberarse de las mismas convirtiendo el juego en una terapia excesivamente dolorosa y traumática para los seres sumisos.
Cuando los sentimientos dominen el juego este habrá terminado. Una de las partes fundamentales del Juego BDSM es el total control de los mismos por parte del Dominante, pero jamás la ausencia de ellos. Es difícil arrancar lágrimas y verlo como un acto de la más elevada belleza tanto en quien las derrama como en quien las provoca. Sin embargo es en estos gestos en los que se basa el juego.
Cuando el ser Dominante golpea con su mano desnuda o con el látigo las nalgas de un ser sumiso sabe que está haciendo daño, escucha sus quejidos inevitables, ve las marcas enrojeciendo la piel y continúa una y otra vez hasta el límite que ha sido prefijado, no importa si es como castigo o como medio de excitación. ¿No existen sentimientos en ese acto? ¿Que provoca en las mentes de los seres sumisos? y ¿en las de los Dominantes? Sentimientos casi en estado puro, no la ausencia de los mismos, por ello hay que saber controlarlos y no dejarse llevar por esas admirables sendas de la pasión sin saberlas domar.
Cada golpe envuelto en el doble sonido del mismo en si y del que produce el ser sumiso es observado por el Dominante como si ofreciera la mas dulce de las caricias sabiendo que es así como las recibe el ser sumiso. Duele, claro que duelen esos azotes y mucho, pero excitan, se saborean y degustan provocando la excitación y en muchos casos la erección potente o el torrente de flujos. Ambas cosas es lo que se busca, potenciar la excitación, enervar la libido y ver las puertas del éxtasis cerca, tan dolorosamente cerca y expuestas al control total del Dominante que aun las hace mas deseables y bellas. Si, ese es el principio fundamental del ser sumiso, perder el control de si mismo, estar totalmente entregado a la decisión y voluntad del Dominante.
La rebelión de sentimientos que ello provoca en el ser sumiso hace muy difícil esa entrega del principiante. Mucho tendrán que hablar, practicar y mejorar ambos para que esa comunión de sentimientos converja en los mismos deseos. A eso también se le llama Adiestramiento.
Adiestrar no es solo enseñar a que un ser sumiso haga las cosas como le gustan al Dominante, va mucho más allá de esa simple apreciación. Hay que indagar en la mente del ser sumiso porque mayoritariamente se encuentran dos elementos casi invariables, la inexperiencia y el desconocimiento de esas sensaciones culpadas por la sociedad que tan horribles y despreciables sentimientos se arraigan dentro de ellos.
El ser Dominante en realidad es experto, porque se nace, con la experiencia se mejora y pule como los diamantes, ¿no es delicioso ese brillo en los ojos del Dominante que destella ante su ser sumiso?, y que decir tiene de esa sonrisa segura y lacónica que por arrogante e irónica enervan los sentidos el deseo BDSM.
Emocional
Muchos pensareis que la emoción es una parte de los sentimientos, y así es, pero tiene un caudal propio que hay que regular. La emoción no puede cabalgarse sin control, es un duro enemigo del Dominante y el culto del ser sumiso. Cuando la emoción invade la mente puede descontrolar los actos, desmesurar las medidas y eso solo significa peligro para el ser sumiso que tan dócilmente esta entregado.
Abre las sendas de los remordimientos en los Dominantes. Si, también son humanos a pesar que no lo aparenten, también necesitan encontrar sentido a sus actos, a sus decisiones, a sus castigos, a sus propios instintos para conseguir diferenciar que el papel que ellos interpretan en el juego no invade las emociones de su propia vida y existencia. Saber diferenciar entre los azotes de castigo y las nalgadas de premio.
Esa emoción que invade el alma ante tan bella entrega, ante tan delicada piel expuesta, ante tan exquisito paisaje que con el que es deleitado por los seres sumisos, esa es la emoción que a veces desbordaría a raudales la fuerza de los golpes, como lo hacen las dilatadas sonrisas de los niños corriendo hacia los brazos de sus padres. Esa es la demostración de las emociones que hay que controlar y administrar en todo momento en una sesión. Si no jugásemos con elementos peligrosos podríamos darles rienda suelta, pero aun así muchas veces dejamos el orgasmo acumulado como final del juego para así liberar las tensiones acumuladas y disfrutar con mas libertad de los sentimientos y las emociones.